Cinco personas han sido acusadas en relación con la muerte de Liam Payne, quien falleció tras caer desde un balcón en Argentina. Entre los acusados se encuentran empleados del hotel y un amigo del cantante de One Direction.
Más de dos meses después de que Payne falleciera a los 31 años debido a una caída fatal desde el balcón de un hotel, varios empleados del hotel y un amigo de Payne han sido imputados por su conexión con el incidente, según informó la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N.º 14 de Argentina.
Roger Nores, amigo de Payne; Gilda Martin, gerente del hotel; y Esteban Grassi, recepcionista, fueron acusados de homicidio culposo. Por su parte, Ezequiel Pereyra, otro empleado del hotel, y Braian Paiz, quien trabaja como mesero, enfrentan cargos por suministro de drogas.
Laura Bruniard, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N.º 34, decidió avanzar con las imputaciones el viernes, ordenando la detención preventiva de los cinco acusados, según el comunicado emitido por la fiscalía el lunes. La noticia surge más de un mes después de que tres personas fueran arrestadas en relación con la muerte de Payne, aunque en ese momento no se revelaron sus nombres.
Pereyra y Paiz están acusados de entregar cocaína a Payne a cambio de dinero en al menos cuatro ocasiones durante su estadía en octubre en el hotel Casa Sur Palermo de Buenos Aires, donde ocurrió la caída.
Por otro lado, Nores ha sido señalado por “no cumplir con sus deberes de cuidado, asistencia y auxilio hacia Payne, no solo por una obligación legal preexistente, sino también por sus funciones específicas de orientación y acompañamiento personal, previamente acordadas y aceptadas debido a la relevancia y actividades de su profesión, abandonándolo a su suerte”, según el comunicado de la fiscalía. El documento también indica que Nores era consciente de que Payne no podía cuidarse a sí mismo, considerando su historial de adicciones al alcohol y la cocaína.
El comunicado revela que tanto Martin como Grassi vieron a Payne en el lobby del hotel poco antes de su muerte, en un estado en el que no podía mantenerse en pie debido al consumo de varias sustancias. Dado el riesgo que representaba el balcón en su habitación, la fiscalía señala que tanto la gerente del hotel como el recepcionista debieron haber asegurado que Payne permaneciera “en un área sin fuentes de peligro, acompañado y hasta que recibiera atención médica”.
Según la interpretación de la jueza, Payne intentaba salir de su habitación por el balcón y, en su estado de intoxicación, cayó.
